El niño solitario
Caminando de regreso a mi casa, me encuentro con un
niño a un lado de la calle con la cabeza entre las rodillas, me acerco a él:
—¿Qué te ocurre? —le pregunto y
levanta su cabeza bañada en lágrimas de desesperación.
—Estoy solo. Solo para toda la vida.
—¿Por qué lo dices, niño?
—Mi hermano murió ayer, era quien me
cuidaba luego de que mamá falleciera por la fuerte gripe, y pronto yo también
moriré porque no tengo a donde ir, ni sé qué haré con mi vida. Tengo miedo… —Sus palabras se cortaron por la cascada de
lágrimas que volvieron a correr sobre sus mejillas.
—Ven conmigo —le digo extendiendo mi
mano—. Yo cuidaré de ti, y te prometo que estarás en un buen lugar.
Él se aferra a mi mano y juntos
empezamos a caminar. Con la otra mano toco el bolsillo posterior de mi
pantalón, allí estaba la calibre 6 mm cargada y lista para la acción. Sonrío,
volteo a ver al niño y pienso: Uno más
para la colección.